Era de noche pero no llovía como en otras ocasiones. Una figura se dirigía hacia una calle muy estrecha y, al llegar a ella, sacó la llave de una casa, abrió la puerta y entró pero, sin embargo, no cerró la puerta dejándola entornada. Unos minutos después, otra figura junto con lo que parecía un perro entró en la misma casa dejando antes un papel bajo el felpudo que escondió cuidadosamente.
Una vez dentro, las dos figuras se saludaron y, sin pronunciar palabra alguna intercambiaron la información necesaria para entrar en acción. Justo en ese instante, una tercera figura entró en la sala y, con una pistola en la mano, amenazó a las otras dos figuras para obtener la información, pero, justo en ese instante, el perro que hasta ese momento dormía plácidamente, se despertó y arrancó la pistola de las manos de la tercera figura de un mordisco. En ese momento, las tres figuras se reconocieron e hicieron su saludo especial. No había peligro, pero debían entregar la información. Decidieron la hora y el día en que se encontrarían y se fueron dejando la casa vacía.
Justo entonces, el perro, recogió en la boca toda la información del bolsillo de su amo y la dejó en el buzón de una casa.
A al mañana siguiente, un niño recogió el correo de su casa y, al ver su nombre en un papel decidió abrirlo. Pero quedó muy sorprendido al leer:
"Muy bien, ya tienes esta carta, ahora lo que debes hacer es intentar resolver este enigma porque es indispensable para la humanidad".
A continuación venía el enigma:
El niño, estaba un tanto confuso pero ya que sabía perfectamente lo que había en la caja, simplemente lo escribió en un papel y lo dejó en el bozón por la noche.
Varios meses después el niño recibió una carta que decía:
"Gracias por tu información, hemos conseguido resolver el enigma, tenías razón, en la caja había un águila. Todo esto servía para resolver un antiguo mito en el que sería un niño ajeno el que daría la respuesta. Gracias a ti el mundo entero tendrá cura contra la... No puedo decir nada más."
El niño quedó atónito pero cuando creció, estudió medicina descubriendo la cura contra la...
Una tarde recordó la historia en su casa y lo comprendió todo al saber que el símbolo de su laboratorio era el águila. Toda su historia la sabían unos hombres cuando él sólo era un niño, y, a medida que crecía, iba haciendo lo que estaba ya escrito en ese antiguo mito.