Caminaba un día por la playa cuando encontré una botella. En esa botella había un papel. Era un papel de aspecto antiguo, un poco arrugado y algo manchado y, en él, escrito con premura y una caligrafía con mucha personalidad decía:
'Tonto el que lo lea'Así se puede ver cómo alguien puede estropear una bonita historia de manera absurda. Podría ser una histroria de aventuras o de amor pero acabó siendo una tontería. Por eso lo llamé borrón.